El Comando Amelia es un comando de alumbrado, barrido y limpieza,
de acción pequeña pero contribuyente.
¡AMELIA VENCE!

domingo, 29 de agosto de 2010

MANTIS RELIGIOSA - HF













Permanecer erguida con las patas de adelante, rezando,
apuntando al cielo, es la posición elevada, mística,
la mejor para vigilar y acechar tranquilamente al alimento posible,
ya sea algún macho de mi especie,
o a quien sea que tenga ganas de devorar.
Siempre hay mucho distraído
que me confunde con una hoja o una rama,
y mi hambre es insaciable.
Hasta es posible que una vez mas me deleite
comiéndome a alguna de las mías.
Pero los más son los incautos llamándome, cantándome,
meneándose sobre alguna piedra
para convencerme de hacer el amor.
Y como siempre, no podrán ver cuando me acerque a ellos.
Voy a aparecer súbitamente, a surgir de la nada.
No solamente puedo observar
a trescientos sesenta grados a mi alrededor,
sino que mi velocidad va a hacer que el elegido
sólo me vea ya casi pegada a él,
mirándolo fijamente en el momento de ser inmovilizado.
Y luego de un extenso, placentero, doloroso coito,
ya introducida mi larga lengua en sus entrañas, licuando sus órganos,
será masticado, inmóvil entre mis patas frontales.
Y si llega a percibir algo, a comprender como es que lo hice,
le será como una acción confusa, borrosa, la última que vea.
No acepto insectos muertos.
Y no acostumbro a inhabilitar a mis presas previamente,
a tenerlas en depósito, como hacen las avaras arañas.
Simplemente comienzo a vaciar, a masticar en el instante.
Debo comer mucho, todos los días.
Nada me produce mas placer
que el momento de cortar los centros vitales de mi presa,
comenzando por devorar su cabeza y su cuello.
Y seguir, hasta verla hecha cáscara, vacía.
Detesto la sociabilidad, ya desde pequeña me dispersé
e hice mi vida por separado.
Ningún contacto, sino hasta el acto sexual
y la deglución de mi ocasional pareja,
o salvo algún encuentro casual con otra buscona,
circunstancia que puede llevar
a una implacable lucha hasta la muerte.
Así es mi vida: aparearme, matar, comer y rezar.
Soy mantis, soy religiosa.

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