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jueves, 1 de diciembre de 2011

Tycho Brahe, erudito y camorrero.


La imagen tradicional del científico es la de un ser retraído, tímido, más cómodo entre sus libros y probetas que entre otros seres humanos. Sin embargo, la historia de la ciencia cuenta entre sus filas con individuos que resultaron ser radicales contraejemplos de éste estereotipo, y Tycho Brahe es, probablemente, el mejor exponente de ello.
Tycho Brahe (1546 – 1601) nació en Escania, un territorio que por aquel entonces pertenecía a Dinamarca. En el Panteón de la Ciencia se le recuerda por sus meticulosas medidas de posiciones astronómicas, tarea delicada y ardua donde las haya, que sirvieron, entre otras cosas, para que Johannes Kepler pudiese desarrollar sus famosas leyes del movimiento planetario. También tiene el honor de haberse bautizado con su nombre uno de los cráteres más prominentes de la Luna.
Se le atribuyen también, y esto es menos conocido, contribuciones al mundo de los pendencieros no menos meritorias, tantas, que bien podría Tarantino hacer una película sobre él. Repasemos brevemente algunas de ellas:
· Mientras estudiaba en la Universidad de Rostock, tuvo una bronca con otro noble danés durante una fiesta en casa de un profesor. El posterior duelo a espadazos le costó la nariz, que hubo de sustituír por una prótesis de plata el resto de su vida.
· Ya más mayor y asentado, se hizo acompañar en su castillo-observatorio por un enano llamado Jepp al que atribuía poderes de clarividencia. Parece ser que le hacía sentarse debajo de la mesa durante las comidas.
· Tuvo también un alce por mascota, que le acompañaba a todas partes como si de se tratase de un perro. En cierta ocasión, fué con su alce a casa de un amigo; bebieron cerveza los tres (Tycho, el amigo, y el alce), y el alce no tuvo tiempo de padecer la resaca. Se cayó por las escaleras al salir y se mató.
· Tycho murió a causa de una infección renal, que quizá no hubiese revestido demasiada importancia si no fuese por las comilonas/borracheras que se agarraba. Sus últimas horas de vida las pasó en un banquete, que se negó a abandonar hasta, literalmente, sentirse morir.
Como ven, daba gusto invitarlo.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Una buena idea: para cuándo el partido de fútbol solidario "Famosos que Renunciaron al Subsdio" vs "Cooptados por la Corpo"????
Vos renunciaste, negrín?

HORACIO FONTOVA dijo...

Obvio, amoroso!
Aquí en el country Carmel renunciamos todos!
Hasta la servidumbre, mirá!

profquesada dijo...

A ese Tycho le sobra algo que había perdido. o la foto se la sacaron antes o lo fotochopearon. resulta que el vero tycho había perdido la nariz de un sablazo en una batalla o menos dignamente en una pelea de gamberros borrachos, puede ser y en su reemplazo usaba un apósito de metal fino,creo que plata o platino, con forma de nariz cubriendo la ausencia. cosa famosa. un problema estornudar
un aporte negrón

Anónimo dijo...

Últimos días de la clase media subsidiada! Así arrancaron los 90. Ya sabemos que Argentina es el país donde el pasado nunca pasa.Feliz 1991!

Anónimo dijo...

2012 no será el fin del mundo sino el fin de la clase media argentina.

Anónimo dijo...

Amado dice que soy de "clase alta".
En serio, no sería mas atinado que estos anuncios los haga Mike Amigorena?