El Comando Amelia es un comando de alumbrado, barrido y limpieza,
de acción pequeña pero contribuyente.
¡AMELIA VENCE!

jueves, 1 de marzo de 2012

UNA NARANJA - HF














No se porqué, pero pude sentir que yo,
una simple naranja, desperté a ese hombre.
Tal vez por ser sólo una linda naranja
haya sido que mirarme, imaginarse mi gusto,
superaba los límites del placer.
Siendo una naranja común y silvestre,
pero diferente a todas las demás,
a millones de naranjas, a millones de frutas,
a millones de cosas, me transformé en un pequeño amor
de ese hombre, en sólo unos momentos
de una mañana cualquiera.
Seguramente todas las mañanas parezcan iguales,
tal vez sean los hombres quienes
las hacen a todas tan parecidas,
pero ellas, las mañanas, como yo, una naranja,
sabemos que somos únicas,
como es único cualquier otro momento,
cualquier otra cosa diferente a todas las demás.
Entonces se dispuso a escuchar  mi llamado.
Se acercó, me agarró, y con un cuchillo, único cuchillo él,
pero tan parecido a otros millones de cuchillos,
me cortó por la mitad.
Seguramente estallé en algo que ese hombre
aún no estaba capacitado para oír,
pero algo ocurrió, y mientras me exprimía
supe que el percibía, no sé si con algún sentido
poco disponible en los humanos, mi canto de alegría.
Ahí el hombre vislumbró que cualquier cosa
está deseando atención, que todo lo que rodea
está esperando impaciente ser mirado,
para poder estallar de alegría cuando es descubierto.
Así como mi canto, el de una naranja común y silvestre,
fue  escuchado por ese hombre,
aquella incomparable, única mañana. 

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