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martes, 22 de enero de 2013

CAPACIDADES (Acerca de la capacidad de Macri, etc.) por el padre Eduardo de la Serna

Eduardo de la Serna En la segunda carta a los Corintios, Pablo les dice que él no se siente “capaz” de enfrentar la tarea de anunciar el Evangelio, pero que sabe que “Dios lo ha capacitado” para ello. La imagen de alguien que se deja conducir por Dios (lo que el mismo Pablo llama “gracia”) es la que está en el trasfondo del texto. La tarea es un desafío, y -por ser encargo de Dios- como buen profeta que es, Pablo sabe que no podría sin ser preparado por el mismo Dios para eso. Y esto me inspira una duda cartesiana. Como muchos otros temas, la idea de “capacidad” es una imagen que tiene diversos sentidos y significados. Un vaso tiene una capacidad y al llenarse, una gota lo hace rebalsar; un colectivo tiene una capacidad y -cuando no hay subtes- no cabe un pasajero más. Pero también el término se utiliza para referirse a otros sentidos, como capacidad intelectual, por ejemplo. El alcalde de Buenos Aires, que no puede hacerse cargo ni siquiera de su ciudad, acaba de afirmar que “me siento capacitado para ser presidente”. La frase permite una serie de lecturas interesantes y, quizás, complementarias. Para empezar, lo que una persona “sienta” nunca es demasiado importante para los demás, ya que otro/s puede/n sentir exactamente lo opuesto y todo es razonable: es “sentimiento”. Y los sentimientos en el fondo nunca son ni buenos ni malos, son “sentimientos”. A esto se podría añadir -y sigue sin ser demasiado importante- si “nosotros sentimos que Macri está capacitado para ser presidente”. En mi caso la respuesta es obvia: alguien que ha demostrado una honda incapacidad para ser presidente de empresas, sin la ayuda de su papá; para ser presidente de Boca sin la ayuda de Bianchi o para ser alcalde de Buenos Aires sin la ayuda de Durán Barba no “sentimos” que esté capacitado ni para eso, ni para nada. Muchos sentirán que Macri es sencillamente un incapaz. Pero lo importante -me parece- está en otro lado: primero en si realmente está capacitado, y otra si nosotros estamos capacitados para soportar a Macri presidente. En lo personal, “siento” que Macri habla de trabajo en equipo no porque crea en eso sino porque sabe que solo es incapaz. No es capaz de elaborar un discurso, no es capaz de gobernar hospitales, escuelas. Pareciera que para lo único que se ha manifestado capaz es de “aumentar”: aumentar peajes, aumentar ABL, aumentar los subtes, las bicisendas y hasta aumentar la basura... no de aumentar la seguridad, la educación de calidad, la atención en los hospitales, ni siquiera de aumentar las viviendas sociales. No podría imaginarme la suerte de los campesinos siendo él presidente, o de los pequeños agricultores abandonados por la FAA. Incluso temas que parecen falencias del actual gobierno como la minería, los agrotóxicos, la situación de los Qom, por ejemplo, no quisiera imaginarlas en manos de Macri (o mejor, de los que lo manejan). Y también “siento” que no estamos capacitados para Macri presidente. Mi temor es que siempre es más fácil destruir que edificar. Un castillo de naipes se levanta en horas y se derriba en segundos. Bastó menos de una década infame para tirar abajo todas las conquistas sociales, corromper sindicatos, devastar la economía solidaria, atar al país de pies y manos a relaciones carnales. Un país arrasado (10 años había pedido Martínez de Hoz) no puede levantarse ni en una década, como es evidente. ¿Qué pasaría si Macri fuera presidente? Re-privatizaciones (¿recordamos al Correo, que estuvo en manos de Macri?), pago a los mal llamados buitres (¿qué le hicieron esos animalitos a estos cretinos?), abandono de los pobres a su suerte, relaciones internacionales abandonando el multilateralismo y aislándonos del mundo (porque América Latina y el Sur-Sur también es “mundo”, mal que le pese a Carrió, Lanata, y Mauri)... ¿Estamos capacitados para volver al menemismo? Cuando fue diputado, Macri nunca fue al Congreso; ahora los que no van son De Narvaez, Carrió y Michetti, sus socios, mientras Macri va al recital de Kiss cuando se inunda Buenos Aires. ¿Estamos capacitados? Todavía no terminamos de elaborar y hacer justicia con la dictadura cívico-militar, todavía no terminamos de hacer justicia ante la infamia menemista, ¿y estamos capacitados para la inacción destructiva del macrismo? Sin dudas creo que no, aunque haya quienes “sientan” que sí. De todas maneras queda una última posibilidad ante la frase de Macri. Insistir en que “siente”, ¿no será parte de la campaña de Durán Barba junto con el “respirador serial” de la “paz” y la “tolerancia” (¡qué fácil es ser tolerante con la nada, ¿no?!) y las reiteradas menciones de Antonia para convencernos que Macri es humano? “Siento, luego existo”; Dios nos libre.

3 comentarios:

Tilo, 71 años dijo...

La multitud abstracta, muchos de cuyos integrantes se preocupan sólo por su ombligo, hace pocos meses que comenzó a tomar nota de que "debe participar". Lamentablemente en un segmento importante aún sigue primando un inocultable ODIO. Pero, si tanto claman por la libertad, la democracia y la calidad institucional, ya es hora de que asuman que el único camino para lograr sus anhelos de exclusividad es mediante alguna representación política y no mediante la descarada intervención de medios oligopólicos. Si esa representación política NO EXISTE ó NO APARECE, será su cometido CREARLA: Una DERECHA organizada, NO GOLPISTA, que obedezca los mandatos de la democracia.

Hablando con total sinceridad, apoyado en mi experiencia de vida y sintiéndome totalmente respaldado por el pensamiento de Eduardo De la Serna, no creo que una derecha así exista, al menos en nuestro país.

Las manifestaciones del Jefe de Gobierno, expresión mayúscula de todas las carencias, especialmente de ética y humanidad, refuerzan mi creencia en la inexistencia de una derecha digna.

Saludos

Moscón dijo...

Mas
Asco
Casi
Resulta
Imposible

Eusebio Obdulio Mirondo dijo...

EX-CE-LEN-TE aporte, pero a veces pienso (y luego exijo) que este tipo de lectura deberia transcender mas alla de aquellos que seguimos una linea de pensamiento y hacerse publico entre aquellos que, contrarios (o contrariados) deberian detenerse a pensar (y luego a existir) dejando de lado el odio que ciega, y los intereses privados que niegan el pensar, objetivamente.
Claro, pero siempre el humano tiende al pensamiento subjetivo de la realidad que palpa, y desde luego, todas las realidad son diferentes y discutibles.

Me quedo con la ultima palabra que me dijo mi viejo antes de irse: "la culpa es de tu vieja".

Eusebio.