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lunes, 21 de enero de 2013

"TÍTULOS Y ALGO MÁS" por el padre Eduardo de la Serna

Un título es una palabra o frase con la que se introduce una unidad literaria. Cuando el que pone el título es el autor, se supone que quiere introducir a la unidad, sea a modo de “gancho” para inducir a la lectura, o para resumir la idea principal del bloque. Cuando el que pone el título es otro, diferente del autor, se supone que alude al tema desarrollado; es de esperar que el que pone el título interprete la idea principal del párrafo, o induzca a la lectura del mismo. Siempre existe -es obvio- la posibilidad de que el “titulador” no sea fiel al tema, o que haya entendido mal, o que pretenda debatir honestamente con el autor... Pero también existe la posibilidad de la “mala fe”, es decir, que el “titulador” pretenda inducir a una lectura tramposa, o falsa del texto. Esto último es especialmente habitual teniendo en cuenta que muchos no leen todo el texto por diversas razones: puede ser que uno mire por encima la nota para ver si le interesará, y al ver los títulos “engancharse” o no, o puede ser que simplemente uno quiera tener “una idea” del tema sin profundizarlo... En el caso de los diarios, sumemos a esto el grupo de aquellos que leen los títulos en el kiosco, o leen “de ojito” en trenes o colectivos. De allí la importancia de los títulos. Esto lo sabemos bien, por ejemplo, los profesores de Biblia ya que esta no tiene títulos en sus manuscritos más antiguos, y por tanto son autores contemporáneos los que con mejor o peor capacidad, los que con más o menos sabiduría “titulan” los párrafos, o los capítulos. Y sabemos, también, las consecuencias que esto implica. En este sentido, y valga esta introducción, es llamativo como los diversos Medios de Comunicación titulan las noticias. Y presupongamos -al menos para empezar- buena intención en ellos. Puesto que, como decían los antiguos, “las cosas se reciben al modo del recipiente”, es obvio que el propio modo de pensar y de entender, la propia ideología (que todos tenemos) influye en el modo de leer y comprender el párrafo. Fue interesante, a modo de ejercicio, que en clases con los alumnos leímos el texto (mal) llamado de “la Torre de Babel”. Una vez leído, les pedí a los alumnos que pusieran un título. Estos fueron de los más variados, pero ¡ninguno! tituló “la torre de Babel” al párrafo. Insisto que por ahora no supongo mala fe, aunque cuando las cosas se repiten una y otra vez y hasta el hartazgo, el tema empieza a derivarse al terreno de la sospecha. Es sabido, por ejemplo, las idas y vueltas con el tema “subte” entre los gobiernos nacional y porteño. Es sabido, también, que el gobierno de Macri aumentó el boleto cuando amagó con asumir el subte hace un año y que el número de pasajeros disminuyó notablemente. Y también, que ahora piensa aumentar una vez más el costo del boleto. Dejo de lado mi opinión sobre esto, porque de títulos hablamos. Es sabido, finalmente, que ante este aumento, el Ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo convocó a los gobiernos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires a una reunión por el tema de las tarifas del subte. Y que Macri decidió no asistir a esa reunión, seguramente porque no quiere dar marcha atrás con el aumento. Y acá el tema: el Gobierno convoca a una reunión para hablar, o dialogar, o arreglar, y el intendente / alcalde decide no participar. ¿Cómo titula Clarín esto? “La tarifa del subte: Fracasó la reunión que armó Randazzo para discutir la suba”. Es decir: no es “Macri no asistió”, no es “no hubo acuerdo”, es decir “Fracasó el gobierno”, pero curiosamente, fracasó el gobierno ante la intolerancia de Macri, fracasó el gobierno en pretender dialogar, fracasó el gobierno en considerar “social” un transporte público, fracasó el gobierno en pretender beneficiar a “la gente”. Y esto no es “curioso”. Podríamos decir que el título está “muy mal elegido”, pero vista la película, y no la foto, como se dice, no parece “mal elegido” sino “¡muy bien elegido!” Elegido para inducir una lectura, y una toma de posición. Elegido para defender a uno y confrontar con otro. Como el que “no dialoga” debe ser el Gobierno Nacional, para el Gran Diario Opositor, la lectura debe inducirse en torno al “fracaso”, y así seguir mostrando al alcalde como una especial de perseguido por el oficialismo, como ya lo manifestaron las preguntas de Lanata, el light. Porque otro tema, además de los títulos, son las preguntas. Entre títulos y preguntas podemos armar todo un programa, o todo un artículo y -si somos buenos en eso- hasta parecer periodistas.

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