El Comando Amelia es un comando de alumbrado, barrido y limpieza,
de acción pequeña pero contribuyente.
¡AMELIA VENCE!

miércoles, 23 de enero de 2013

FOBIA OPOSITORA, por Carlos Barragán


 “La Furia de Cristina” es la propuesta editorial de esta semana en la revista Noticias. No es novedad, es más: es obviedad. Pero uno sigue sin comprender del todo cómo es esta ya vieja operación de que sea el gobierno y quienes lo apoyamos los que llevemos pegada la etiqueta de violentos, agresivos y brutales. Si Darín se pregunta por los ingresos presidenciales (en una nada velada acusación de corrupción, venalidad y simple choreo) y la presidenta le responde que la justicia ya se encargó de esa curiosidad, es la presidenta quien lo ataca de manera brutal. Paso a narrar una anécdota personal. Me ocurrió a pocas cuadras de donde vivo. Encuéntrome (me gusta así) parado en la puerta de un banco intentando comunicarme con mi casa cuando pasa un señor que me mira con mala cara y comenta en media voz algo así como “je, qué caradura…”. Yo le pregunto -le grito en realidad para que me escuche porque ya está a varios metros- qué problema tiene conmigo y qué me quiere decir (supongo que eso fue violento de mi parte). El hombre regresa y me dice que soy un chorro, que me robo la plata. Entonces le digo “vamos a la comisaría y hagamos la denuncia”, el hombre me dice que soy un chorro, que no tengo vergüenza. Entonces veo a diez metros de donde estamos un policía federal. Lo llamo a los gritos “oficial! Este hombre dice que soy un ladrón, vamos a la comisaría a que haga la denuncia!”.(Supongo que otra vez quedé como un violento que andaba a los gritos contra un pobre hombre que me decía chorro.) Bueno, al final todo se diluyó, el señor se fue. El policía que no entendía un pomo me preguntó si habíamos sido socios (¿) en una buena especulación de viejos rencores. Por suerte a los pocos minutos de irme de ahí lo encontré a mi acusador comiendo justo en la ventana de un bar y le pedí disculpas (no sé de qué) pero le dije “disculpame, pero no soy un chorro y me enoja que me digan chorro”. Y el hombre, inexplicablemente, me dijo “ya sé que no sos un chorro, yo te conozco de acá del barrio”. Misterio total. O revelación total. Lo interesante es que cuando Campanella le dice chupaculos (sic) a Barone, nadie lo acusa de agresivo. Cuando Darín acusa de chorra a la presidenta nadie lo acusa de agresivo. Cuando Lanata dice lo que dice cada vez que abre la boca a nadie, pero a nadie, se le ocurre comentarle que es un tipo violento. Cuando Birmajer o Borensztein hacen sus chistes cargados de ataques misóginos, racistas, cuando no fascistas, nadie les dice nada. Cuando Nelson Castro le habla a la presidenta como quien le habla a un delincuente, a un pelotudo, a un sarnoso, a un dictadorzuelo estúpido y autoritario, a nadie se le ocurre decirle a Nelson que hacer eso es de una bajeza y una impostura tal que debería evitarlo por su propia dignidad. Hablarle a un presidente con esa cara de asco, con esa pose de “se lo digo a usted, sorete” debería ser –diría Pino- un escándalo. En los posteos del diario Clarín digital se pueden ver día tras día comentarios donde tratan a la presidenta de chorra, de kretina y konchuda (con ese truco de la K que ya deprime) y de puta (todo esto es pura literalidad, sólo hace falta entrar y leer) mientras se quejan de la falta de libertad de expresión y de la violencia del gobierno. Pero Campanella (chupaculos es su palabra clave) se solidariza con Darín por el ataque que recibió de la presidenta y de “la masacre” que en 678 dice que le inflingimos a su amigo. Es tremendamente lamentable que para hablar de política -en realidad son los síntomas de la política- debamos sumergirnos en tanta escatología y guarangada a diario. Pero no hay otra manera de tratar estos temas. Porque esa es la agenda de la oposición: la ofensa, el vilipendio, la infamia y la injuria. No tienen nada para decirnos más que eso. No tienen nada para ofrecernos más que eso. No tienen más argumentos que eso. No tienen más plan que eso. No tienen más inteligencia que eso. No tienen más ideología que ese odio impotente que literalmente los consume como opositores. Volvió la Fragata Libertad. El gobierno invitó a la oposición política para concurrir al recibimiento. No fueron. No ir es válido. Lo que no es válido es inventar que nadie los invitó para poder mentir que se trató de un acto oficialista. Pero quizá sea lógico. La oposición no quería que la fragata volviera porque para su proyecto político lo mejor es lo peor para el gobierno. Aunque en su ceguera no pueden ver que confunden permanentemente gobierno y nación. Por lo tanto todo lo que sea malo para la nación será bueno para la oposición. Pero es difícil creer en esa ceguera, que no se dan cuenta de esto. Que no saben que es malo para la Argentina tener que pagar a un fondo buitre un montón de guita. Sin embargo no les importa. Querían que la fragata se perdiera para siempre para tener algo bien concreto y malo con que acusar al gobierno. Y lo mismo les pasa con cualquier fallo internacional que sea en contra de nuestro país, les pasa lo mismo cuando falta electricidad, cuando suben los precios, cuando un tren choca, cuando algo se incendia, cuando hay problemas sindicales, cuando una buena ley no se aplica, cuando una buena ley no sale del congreso, cuando hay jueces que trabajan en contra de todos nosotros, cuando una medida no funciona, etc… Ellos que son los primeros en acusar al gobierno de confundirse a sí mismo con el Estado Nacional son los primeros en disfrutar cada vez que el Estado Nacional tiene un problema, como si el traspié fuese solo para Cristina. Son insoportables. Pero tenemos que soportarlos así como están porque no parece que se vayan a dar la oportunidad de volver a hacer política. Quizá, así como en los 90 fuimos testigos del vaciamiento del Estado, ahora nos toque ver el vaciamiento que los políticos opositores hacen de sí mismos. Privatizados por un único grupo de medios de comunicación que los usa para sus ramificados intereses corporativos. Antes Menem privatizó las empresas del Estado. Ahora Clarín privatizó a los políticos para volver a ir contra el Estado. Deberían saber que eso es su mayor problema, y no el kirchnerismo. http://www.diarioregistrado.com/sociedad/69468-fobia-opositora.html

martes, 22 de enero de 2013

CAPACIDADES (Acerca de la capacidad de Macri, etc.) por el padre Eduardo de la Serna

Eduardo de la Serna En la segunda carta a los Corintios, Pablo les dice que él no se siente “capaz” de enfrentar la tarea de anunciar el Evangelio, pero que sabe que “Dios lo ha capacitado” para ello. La imagen de alguien que se deja conducir por Dios (lo que el mismo Pablo llama “gracia”) es la que está en el trasfondo del texto. La tarea es un desafío, y -por ser encargo de Dios- como buen profeta que es, Pablo sabe que no podría sin ser preparado por el mismo Dios para eso. Y esto me inspira una duda cartesiana. Como muchos otros temas, la idea de “capacidad” es una imagen que tiene diversos sentidos y significados. Un vaso tiene una capacidad y al llenarse, una gota lo hace rebalsar; un colectivo tiene una capacidad y -cuando no hay subtes- no cabe un pasajero más. Pero también el término se utiliza para referirse a otros sentidos, como capacidad intelectual, por ejemplo. El alcalde de Buenos Aires, que no puede hacerse cargo ni siquiera de su ciudad, acaba de afirmar que “me siento capacitado para ser presidente”. La frase permite una serie de lecturas interesantes y, quizás, complementarias. Para empezar, lo que una persona “sienta” nunca es demasiado importante para los demás, ya que otro/s puede/n sentir exactamente lo opuesto y todo es razonable: es “sentimiento”. Y los sentimientos en el fondo nunca son ni buenos ni malos, son “sentimientos”. A esto se podría añadir -y sigue sin ser demasiado importante- si “nosotros sentimos que Macri está capacitado para ser presidente”. En mi caso la respuesta es obvia: alguien que ha demostrado una honda incapacidad para ser presidente de empresas, sin la ayuda de su papá; para ser presidente de Boca sin la ayuda de Bianchi o para ser alcalde de Buenos Aires sin la ayuda de Durán Barba no “sentimos” que esté capacitado ni para eso, ni para nada. Muchos sentirán que Macri es sencillamente un incapaz. Pero lo importante -me parece- está en otro lado: primero en si realmente está capacitado, y otra si nosotros estamos capacitados para soportar a Macri presidente. En lo personal, “siento” que Macri habla de trabajo en equipo no porque crea en eso sino porque sabe que solo es incapaz. No es capaz de elaborar un discurso, no es capaz de gobernar hospitales, escuelas. Pareciera que para lo único que se ha manifestado capaz es de “aumentar”: aumentar peajes, aumentar ABL, aumentar los subtes, las bicisendas y hasta aumentar la basura... no de aumentar la seguridad, la educación de calidad, la atención en los hospitales, ni siquiera de aumentar las viviendas sociales. No podría imaginarme la suerte de los campesinos siendo él presidente, o de los pequeños agricultores abandonados por la FAA. Incluso temas que parecen falencias del actual gobierno como la minería, los agrotóxicos, la situación de los Qom, por ejemplo, no quisiera imaginarlas en manos de Macri (o mejor, de los que lo manejan). Y también “siento” que no estamos capacitados para Macri presidente. Mi temor es que siempre es más fácil destruir que edificar. Un castillo de naipes se levanta en horas y se derriba en segundos. Bastó menos de una década infame para tirar abajo todas las conquistas sociales, corromper sindicatos, devastar la economía solidaria, atar al país de pies y manos a relaciones carnales. Un país arrasado (10 años había pedido Martínez de Hoz) no puede levantarse ni en una década, como es evidente. ¿Qué pasaría si Macri fuera presidente? Re-privatizaciones (¿recordamos al Correo, que estuvo en manos de Macri?), pago a los mal llamados buitres (¿qué le hicieron esos animalitos a estos cretinos?), abandono de los pobres a su suerte, relaciones internacionales abandonando el multilateralismo y aislándonos del mundo (porque América Latina y el Sur-Sur también es “mundo”, mal que le pese a Carrió, Lanata, y Mauri)... ¿Estamos capacitados para volver al menemismo? Cuando fue diputado, Macri nunca fue al Congreso; ahora los que no van son De Narvaez, Carrió y Michetti, sus socios, mientras Macri va al recital de Kiss cuando se inunda Buenos Aires. ¿Estamos capacitados? Todavía no terminamos de elaborar y hacer justicia con la dictadura cívico-militar, todavía no terminamos de hacer justicia ante la infamia menemista, ¿y estamos capacitados para la inacción destructiva del macrismo? Sin dudas creo que no, aunque haya quienes “sientan” que sí. De todas maneras queda una última posibilidad ante la frase de Macri. Insistir en que “siente”, ¿no será parte de la campaña de Durán Barba junto con el “respirador serial” de la “paz” y la “tolerancia” (¡qué fácil es ser tolerante con la nada, ¿no?!) y las reiteradas menciones de Antonia para convencernos que Macri es humano? “Siento, luego existo”; Dios nos libre.

lunes, 21 de enero de 2013

¡AFORTUNADAMENTE CON EL TIEMPO NO SE PIERDEN LAS MAÑAS!

"TÍTULOS Y ALGO MÁS" por el padre Eduardo de la Serna

Un título es una palabra o frase con la que se introduce una unidad literaria. Cuando el que pone el título es el autor, se supone que quiere introducir a la unidad, sea a modo de “gancho” para inducir a la lectura, o para resumir la idea principal del bloque. Cuando el que pone el título es otro, diferente del autor, se supone que alude al tema desarrollado; es de esperar que el que pone el título interprete la idea principal del párrafo, o induzca a la lectura del mismo. Siempre existe -es obvio- la posibilidad de que el “titulador” no sea fiel al tema, o que haya entendido mal, o que pretenda debatir honestamente con el autor... Pero también existe la posibilidad de la “mala fe”, es decir, que el “titulador” pretenda inducir a una lectura tramposa, o falsa del texto. Esto último es especialmente habitual teniendo en cuenta que muchos no leen todo el texto por diversas razones: puede ser que uno mire por encima la nota para ver si le interesará, y al ver los títulos “engancharse” o no, o puede ser que simplemente uno quiera tener “una idea” del tema sin profundizarlo... En el caso de los diarios, sumemos a esto el grupo de aquellos que leen los títulos en el kiosco, o leen “de ojito” en trenes o colectivos. De allí la importancia de los títulos. Esto lo sabemos bien, por ejemplo, los profesores de Biblia ya que esta no tiene títulos en sus manuscritos más antiguos, y por tanto son autores contemporáneos los que con mejor o peor capacidad, los que con más o menos sabiduría “titulan” los párrafos, o los capítulos. Y sabemos, también, las consecuencias que esto implica. En este sentido, y valga esta introducción, es llamativo como los diversos Medios de Comunicación titulan las noticias. Y presupongamos -al menos para empezar- buena intención en ellos. Puesto que, como decían los antiguos, “las cosas se reciben al modo del recipiente”, es obvio que el propio modo de pensar y de entender, la propia ideología (que todos tenemos) influye en el modo de leer y comprender el párrafo. Fue interesante, a modo de ejercicio, que en clases con los alumnos leímos el texto (mal) llamado de “la Torre de Babel”. Una vez leído, les pedí a los alumnos que pusieran un título. Estos fueron de los más variados, pero ¡ninguno! tituló “la torre de Babel” al párrafo. Insisto que por ahora no supongo mala fe, aunque cuando las cosas se repiten una y otra vez y hasta el hartazgo, el tema empieza a derivarse al terreno de la sospecha. Es sabido, por ejemplo, las idas y vueltas con el tema “subte” entre los gobiernos nacional y porteño. Es sabido, también, que el gobierno de Macri aumentó el boleto cuando amagó con asumir el subte hace un año y que el número de pasajeros disminuyó notablemente. Y también, que ahora piensa aumentar una vez más el costo del boleto. Dejo de lado mi opinión sobre esto, porque de títulos hablamos. Es sabido, finalmente, que ante este aumento, el Ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo convocó a los gobiernos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires a una reunión por el tema de las tarifas del subte. Y que Macri decidió no asistir a esa reunión, seguramente porque no quiere dar marcha atrás con el aumento. Y acá el tema: el Gobierno convoca a una reunión para hablar, o dialogar, o arreglar, y el intendente / alcalde decide no participar. ¿Cómo titula Clarín esto? “La tarifa del subte: Fracasó la reunión que armó Randazzo para discutir la suba”. Es decir: no es “Macri no asistió”, no es “no hubo acuerdo”, es decir “Fracasó el gobierno”, pero curiosamente, fracasó el gobierno ante la intolerancia de Macri, fracasó el gobierno en pretender dialogar, fracasó el gobierno en considerar “social” un transporte público, fracasó el gobierno en pretender beneficiar a “la gente”. Y esto no es “curioso”. Podríamos decir que el título está “muy mal elegido”, pero vista la película, y no la foto, como se dice, no parece “mal elegido” sino “¡muy bien elegido!” Elegido para inducir una lectura, y una toma de posición. Elegido para defender a uno y confrontar con otro. Como el que “no dialoga” debe ser el Gobierno Nacional, para el Gran Diario Opositor, la lectura debe inducirse en torno al “fracaso”, y así seguir mostrando al alcalde como una especial de perseguido por el oficialismo, como ya lo manifestaron las preguntas de Lanata, el light. Porque otro tema, además de los títulos, son las preguntas. Entre títulos y preguntas podemos armar todo un programa, o todo un artículo y -si somos buenos en eso- hasta parecer periodistas.

sábado, 19 de enero de 2013

¡NECESITO UNA ASÍ, POR DIOS!

¡OH, MY LADY PERRA...!

¡¡¡NO...NO ME DEJES!!!

NADA, TIPO QUE NO SÉ...¡YO SÓLO QUIERO MIS DÓLARES!

LA CRISIS - Según Albert Einstein

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla."

EINSTEIN Y LA BOMBA ATÓMICA

Los Estados Unidos comenzaron a realizar estudios para desarrollar la bomba atómica a raíz de una carta de Albert Einstein al presidente Roosevelt, en la que detallaba que a través de la fisión nuclear se podía generar una bomba de inédito poderío, y a la vez se mostraba preocupado por la posibilidad de que la Alemania hitleriana llegara primero a alcanzar esa tecnología. Años más tarde, pocos meses antes de que la primera bomba fuera lanzada sobre Hiroshima, Einstein volvió a escribir a Roosevelt manifestándole su preocupación, dado que tenía información de que Estados Unidos había alcanzado la tecnología nuclear, pero poseía indicios de que los militares del Pentágono pensaban lanzarla, tal como ocurrió, sobre objetivos civiles. Einstein no tuvo respuesta de Roosevelt, quien poco después murió. Su sucesor, Harry Truman, prominente miembro de la masonería norteamericana (al igual que Roosevelt) no dudó en lanzar dos bombas atómicas sobre ciudades japonesas con el pretexto de acortar la duración de la guerra y salvar vidas. Una reciente investigación del autor japonés Tsuyoahi Hasegawa demuestra que el real objetivo de lanzar las bombas atómicas no fue salvar vidas sino impedir que Japón se rindiera ante la Unión Soviética y lo hiciera ante los Estados Unidos.Tras terminar su guerra con Alemania los soviéticos se aprestaban a invadir Japón, y los Estados Unidos consideraban que Japón no debía quedar —ni total ni parcialmente— bajo el área de influencia soviética. Las bombas de Hiroshima y Nagasaki cumplieron entonces ese objetivo geopolítico que prescindió totalmente de consideraciones humanitarias. El gobierno japonés tampoco estuvo a la altura de las circunstancias tras las bombas atómicas, dado que sólo accedió a rendirse una vez que le fue asegurado que el emperador Hirohito no sería removido de su cargo, lo que tuvo aún más efecto para terminar la guerra en el Pacifico que las propias bombas atómicas. Einstein, el padre de la teoría de la relatividad mantuvo correspondencia con Seiei Shinohara, un amigo filósofo japonés, conocido en Alemania y muerto en 2001. La viuda de Shinohara fue quien difundió las cartas en apoyo de la causa antinuclear. "Condeno totalmente el recurso de la bomba atómica contra Japón, pero no pude hacer nada para impedirlo", escribió Einstein dos años antes de su muerte, ocurrida en 1955. Las cartas fueron escritas entre 1953 y 1954, años después que EE.UU. lanzara sendas bombas de uranio y de plutonio sobre las ciudades japonesas de Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y Nagasaki, tres días después. Einstein nació en Alemania en 1879, en el seno de una familia judía, luego se nacionalizó suizo y más tarde, estadounidense. Expuso la teoría de la relatividad en 1915, recibió el Nobel de Física en 1921 y murió en Princeton, EE.UU., en 1955. Desde 1905 las investigaciones del físico, que debió abandonar la Alemania nazi, permitieron luego el desarrollo de la fusión del átomo. Las cartas de Einstein al filósofo Shinohara demuestran cuánto sentía el físico la necesidad de justificarse. Es que, en 1939, le escribió al presidente Franklin D. Roosevelt advirtiendo que la Alemania de Adolfo Hitler se encaminaba a fabricar la primera bomba atómica. Roosevelt le respondió el 19 de octubre de 1939 —cuando ya se había desatado la II Guerra Mundial— que había ordenado a una junta analizar esa información. El resultado fue la fabricación de la bomba atómica en EE.UU.

CACEROLERAS DE "INDIGNADOS MAR DEL PLATA". ¡REALMENTE AMOROSAS!

El último viaje, música y nostalgia. ¡Y el deseo de que las "brujas" sigan andando!

EL HUMOR DE ALBERTO MONTT

http://www.dosisdiarias.com/

LA PRÓXIMA LÍNEA "A"

"TÍTULOS Y ALGO MÁS" por el padre Eduardo de la Serna

Un título es una palabra o frase con la que se introduce una unidad literaria. Cuando el que pone el título es el autor, se supone que quiere introducir a la unidad, sea a modo de “gancho” para inducir a la lectura, o para resumir la idea principal del bloque. Cuando el que pone el título es otro, diferente del autor, se supone que alude al tema desarrollado; es de esperar que el que pone el título interprete la idea principal del párrafo, o induzca a la lectura del mismo. Siempre existe -es obvio- la posibilidad de que el “titulador” no sea fiel al tema, o que haya entendido mal, o que pretenda debatir honestamente con el autor... Pero también existe la posibilidad de la “mala fe”, es decir, que el “titulador” pretenda inducir a una lectura tramposa, o falsa del texto. Esto último es especialmente habitual teniendo en cuenta que muchos no leen todo el texto por diversas razones: puede ser que uno mire por encima la nota para ver si le interesará, y al ver los títulos “engancharse” o no, o puede ser que simplemente uno quiera tener “una idea” del tema sin profundizarlo... En el caso de los diarios, sumemos a esto el grupo de aquellos que leen los títulos en el kiosco, o leen “de ojito” en trenes o colectivos. De allí la importancia de los títulos. Esto lo sabemos bien, por ejemplo, los profesores de Biblia ya que esta no tiene títulos en sus manuscritos más antiguos, y por tanto son autores contemporáneos los que con mejor o peor capacidad, los que con más o menos sabiduría “titulan” los párrafos, o los capítulos. Y sabemos, también, las consecuencias que esto implica. En este sentido, y valga esta introducción, es llamativo como los diversos Medios de Comunicación titulan las noticias. Y presupongamos -al menos para empezar- buena intención en ellos. Puesto que, como decían los antiguos, “las cosas se reciben al modo del recipiente”, es obvio que el propio modo de pensar y de entender, la propia ideología (que todos tenemos) influye en el modo de leer y comprender el párrafo. Fue interesante, a modo de ejercicio, que en clases con los alumnos leímos el texto (mal) llamado de “la Torre de Babel”. Una vez leído, les pedí a los alumnos que pusieran un título. Estos fueron de los más variados, pero ¡ninguno! tituló “la torre de Babel” al párrafo. Insisto que por ahora no supongo mala fe, aunque cuando las cosas se repiten una y otra vez y hasta el hartazgo, el tema empieza a derivarse al terreno de la sospecha. Es sabido, por ejemplo, las idas y vueltas con el tema “subte” entre los gobiernos nacional y porteño. Es sabido, también, que el gobierno de Macri aumentó el boleto cuando amagó con asumir el subte hace un año y que el número de pasajeros disminuyó notablemente. Y también, que ahora piensa aumentar una vez más el costo del boleto. Dejo de lado mi opinión sobre esto, porque de títulos hablamos. Es sabido, finalmente, que ante este aumento, el Ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo convocó a los gobiernos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires a una reunión por el tema de las tarifas del subte. Y que Macri decidió no asistir a esa reunión, seguramente porque no quiere dar marcha atrás con el aumento. Y acá el tema: el Gobierno convoca a una reunión para hablar, o dialogar, o arreglar, y el intendente / alcalde decide no participar. ¿Cómo titula Clarín esto? “La tarifa del subte: Fracasó la reunión que armó Randazzo para discutir la suba”. Es decir: no es “Macri no asistió”, no es “no hubo acuerdo”, es decir “Fracasó el gobierno”, pero curiosamente, fracasó el gobierno ante la intolerancia de Macri, fracasó el gobierno en pretender dialogar, fracasó el gobierno en considerar “social” un transporte público, fracasó el gobierno en pretender beneficiar a “la gente”. Y esto no es “curioso”. Podríamos decir que el título está “muy mal elegido”, pero vista la película, y no la foto, como se dice, no parece “mal elegido” sino “¡muy bien elegido!” Elegido para inducir una lectura, y una toma de posición. Elegido para defender a uno y confrontar con otro. Como el que “no dialoga” debe ser el Gobierno Nacional, para el Gran Diario Opositor, la lectura debe inducirse en torno al “fracaso”, y así seguir mostrando al alcalde como una especial de perseguido por el oficialismo, como ya lo manifestaron las preguntas de Lanata, el light. Porque otro tema, además de los títulos, son las preguntas. Entre títulos y preguntas podemos armar todo un programa, o todo un artículo y -si somos buenos en eso- hasta parecer periodistas.

HOY BAILARÉ - León Gieco

EL MENSAJE DEL INDIO SOLARI A CRISTINA Se lo mandó a Aníbal Fernández y fue publicado en el blog del senador: "Toda mi vida acepté, a regañadientes, que la valentía era un recurso temporario de los jóvenes. Acercale a la Sra. Presidenta, si no implica molestarla, mi respeto por su templanza y su firme determinación juvenil.Para vos, un abrazo con buenos presagios". Indio.


En la costanera, choris PRO, con parrilla a gas...

“Mis padres emigraron a Australia en 1949, cuatro años después de salir de Auschwitz. Trabajaron duro para reconstruir sus vidas, pero no sólo trabajaron duro, también festejaron duro. Cada año ellos organizaban una fiesta de disfraces para todos sus amigos, en su mayoría sobrevivientes del Holocausto. Este video está dedicado a mi madre y a mi padre, Marysia y Adolek Kohn, y a sus amigos, que se levantaron por encima de su trágico pasado con un ardiente deseo de bailar y celebrar la vida.” Jane Korman

Y si Alak hizo un asado y un brindis en la Ex Esma, qué? Adonde está el pecado de hacer esa reunión en un lugar en el que se hacen numerosísimas actividades culturales? Comer es un acto de vida y punto. O se me van a venir a ofender por esta otra celebración de la vida?