No olvidemos que la risa y el buen humor son fenómenos vasodilatadores, que favorecen la buena circulación de la sangre. Y que todo lo que en este momento nos ofrecen estas siniestras alimañas es deliberadamente vasoconstrictor. Así que a resistir, con humor. Porque...¡A pesar de todo me siento bien, conchisumá!
Marchemos a las plazas en defensa del Alto Calafate incendiado por Magneto, la viuda de Tompkins y el rabino Bergman
ResponderEliminar