Mi vieja era peronista. Su piano Bechstein de cola estaba siempre cargado con un gran florero con calas blancas, sus flores favoritas. Y en las paredes del living, entre tantos hermosos cuadros y el enorme retrato al óleo de mi abuelo León Fontova con su violín bajo el brazo, estaba la gran foto enmarcada del General Perón montado en su caballo pinto.
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