Noches atrás soñé con un grupo de adinerados jóvenes gringos que jugaban a la políltica como si fuera una simple aventura. Estaban muy entusiasmados y habían logrado gracias a su poder y a sus artilugios ciber-mediáticos, una gigantesca respuesta general, logrando una gran novedad pública, más allá de la historia de la política, de la que no tenían la menor idea. Era un ingenioso, desmesurado y perverso juego. Por suerte desperté y no tuve que ver el nefasto final