No hay problema, lo peor ya pasó. Ahora llegaron la calidad, la transparencia, la elegancia, las buenas relaciones, los servicios amables, los precios accesibles, las facilidades de pago, las instalaciones gratuitas, las entradas libres, las consultas gratis. Las autopistas son más anchas y los criterios más estrechos, las comidas mas rápidas y las digestiones mas lentas. La gente se levanta muy cansada, manejan muy rápido, están muy enojados, les tienen miedo a los vecinos, a los transeúntes, a los que van en moto. Les dan la razón a los que nunca la tuvieron. Las casas son montones de cosas y nadie quiere que alguien entre y les robe algo de eso. Se googlea más, pero se aprende menos. Mucho celular, poca conexión. Finalmente, se acabaron los piropos y los chetos son cada vez más insoportables.