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jueves, 14 de junio de 2012

EL PESCADOR - Cuento anónimo










Un hombre de negocios estaba en el embarcadero de un pueblecito costero cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios atunes muy grandes.
El hombre felicitó al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.
El pescador replicó: Oh! Sólo un ratito.
Entonces el hombre le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para pescar más peces.
El pescador dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.
El hombre volvió a preguntar: ¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?
El pescador contestó: - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con los amigos.
El hombre dijo: - Mire, yo soy un graduado de Harvard y le podría dar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría una barca más grande, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a la ciudad de México, luego a Los Ángeles y finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.
Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?
Unos quince o veinte años.
Y luego ¿qué?
El hombre soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:
Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en la bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones.
¿Millones, señor? Y luego ¿qué?
Y, luego se podría retirar, irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar la guitarra con sus amigos. ¿Qué le parece?

         

4 comentarios:

El Sudaca Renegau dijo...

Ese cuento (yo lo conozco en versión de pastor de cabras durmiendo bajo un árbol, pero el argumento es el mismo) es genial. Lo uso para explicar economía social.
Hay un artículo de CLACSO recientemente publicado en Rebelión , que habla del desafío boliviano de la constitución de un estado plurinacional y el debate entre el buen vivir (consigna difundida en la contra-cumbre del clima), vs. el vivir mejor, una idea capitalista basada en que otros vivan peor.
http://goo.gl/jpI7j

HORACIO FONTOVA dijo...

¡Gracias, Sudéikor, por la info!

grace dijo...

En la esencia del vivir mejor está, por supuesto, que los Otros vivan peor. Impecable definición...

Anónimo dijo...

IMPECABLE....ASI ES LA VIDA DE ALGUNOS graduados de Harvard...!!!! cada comentario,cada foto tiene la chispa del genio de FONTOVA.!!! saludos