Me voy a hacer maorí, y, a partir de ahora, el Rey de España me saludará a narizazo limpio. Harto de que me toquen las narices sin permiso, las llevaré como mascarón de proa saludador, y las empotraré contra las narices de todos mis prójimos, mostrando así mi compromiso con la Alianza de Civilizaciones. Lo que no sé es si lograré alcanzar, en la belleza y concentración de mis saludos, al rey maorí.
Fíjense en la foto: ambos saludantes tienen actitud de mística contemplación, mientras las frentes se transmiten pensamientos profundos y comprometedores. Yo creo que este monarca (el maorí, no el español) ha sido boxeador y le han partido la napia en varias ocasiones, porque el modo en que se dobla su apéndice nasal es sintomático de más de una piña atizada con ganas. La nariz juancarlina, sin embargo, permanece tiesa e inquebrantable cual tabique pétreo. Ahora bien, si lo miramos despacio, quizá podríamos darnos cuenta de que el maorí se ha quedado dormido y está reposando su siesta sobre la napia del soberano español. No obstante, me voy a pasar al saludo maorí. Mi napia es considerable, y estoy seguro de que conseguiré muchos amigos así, por narices. Esperando que algun incauto no me estornude encima durante la efusión, pero, si eso sucede... me pasaré al saludo esquimal, ya veré.
Fíjense en la foto: ambos saludantes tienen actitud de mística contemplación, mientras las frentes se transmiten pensamientos profundos y comprometedores. Yo creo que este monarca (el maorí, no el español) ha sido boxeador y le han partido la napia en varias ocasiones, porque el modo en que se dobla su apéndice nasal es sintomático de más de una piña atizada con ganas. La nariz juancarlina, sin embargo, permanece tiesa e inquebrantable cual tabique pétreo. Ahora bien, si lo miramos despacio, quizá podríamos darnos cuenta de que el maorí se ha quedado dormido y está reposando su siesta sobre la napia del soberano español. No obstante, me voy a pasar al saludo maorí. Mi napia es considerable, y estoy seguro de que conseguiré muchos amigos así, por narices. Esperando que algun incauto no me estornude encima durante la efusión, pero, si eso sucede... me pasaré al saludo esquimal, ya veré.
El caso es saludar. ¡Viva la Alianza de Civilizaciones!
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