LA TRISTEZA
La tristeza no nos vuelve inteligentes.
En la tristeza estamos perdidos.
Por eso los poderes tienen la necesidad
de que todos los sujetos estén tristes.
La angustia nunca ha sido un juego de la cultura,
de la inteligencia o la vivacidad.
Cuando uno tiene un afecto triste,
es que un cuerpo actúa sobre el tuyo,
un alma actúa sobre la tuya en condiciones tales
y bajo una relación que no conviene con la tuya.
Desde entonces, nada en la tristeza
puede inducirnos a formar una noción común,
es decir, la idea de algo común
entre dos cuerpos y dos almas.
http://sitiosenelcorazon.blogspot.com/
lunes, 30 de mayo de 2011
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