El Comando Amelia es un comando de alumbrado, barrido y limpieza,
de acción pequeña pero contribuyente.
¡AMELIA VENCE!

sábado, 6 de agosto de 2011

HAY QUE COMPADECERLOS - Oliverio Girondo























No saben.
¡Perdonadlos!
No saben lo que han hecho,
lo que hacen,
por qué matan,
por qué hieren las piedras,
masacran los paisajes...
No saben.
No lo saben...
No saben por qué mueren.

Se nutren
se han nutrido
de hediondas imposturas,
de cancerosos miasmas,
de vocablos sin pulpa,
sin carozo,
sin jugo,
de negras reses de humo,
de canciones en pasta,
de pasionales sombras con voces de ventrílocuo.

Viven
entre lo fétido,
una inquietud de orzuelo,
de vejiga pletórica,
de urticaria florida que cultiva el ayuno,
de sudor estancado,
la iniquidad encinta.

No creen.
No creen en nada
más que en el moco hervido,
en el ideal,
chirriante,
de las aplanadoras,
en las agrias arcadas
que atormentan el éter,
en todas las mentiras
que engendran las matrices de plomo derretido,
el papel embobado
y en bonina.

Son blandos,
son de sebo,
de corrompido sebo triturado
por engranajes sádicos,
por ruidos asesinos
por cuanto escupitajo se esconde en el anónimo,
para hundirles sus uñas de raíces cuadradas
y dotarlos de un alma de trapo de cocina.

Sólo piensan en cifras,
en fórmulas,
en pesos,
en sacarle provecho hasta a sus excrementos.
Escupen las veredas,
escupen los tranvías,
para eludir las horas
y demostrar que existen.

No pueden rebelarse.
Los empuja la inercia,
el terror,
el engaño,
las plumas sobornadas,
los consorcios sin sexo que ha parido la usura
y que nunca se sacian de fabricar cadáveres.

Se niegan al coloquio del agua con las piedras.
Ignoran el misterio del gusano,
del aire.
Ven las nubes,
la arena,
y no caen de rodillas.
No quedan deslumbrados por vivir entre venas.
Sólo buscan la dicha en las suelas de goma.
Si se acercan a un árbol no es más que para mearlo.
Son capaces de todo con tal de no escucharse,
con tal de no estar solos.

¿Cómo,
cómo sabrían
lo que han hecho,
lo que hacen?

¿Algo tiene de extraño
que deserten del asco,
del la hiel,
del cansancio?

Sólo puede esperarse
que defiendan el plomo,
que mueran por el guano,
que cumplan la proeza
de arrasar lo que encuentren y exterminarlo todo,
para que el hambre extienda sus tapices de esparto
y desate su bolsa ahita de calambres.

Son ferozmente crueles.
Son ferozmente estupidos...
pero son inocentes.

¡Hay que compadecerlos!

9 comentarios:

lobo rojo solitario dijo...

q maravilla neru q pedazo e poeta es Oliverio. me encantú bro

megafón dijo...

Vigencia sempiterna de Oliverio. ¡Tantos y tantos que no lo saben... tantos que nos cagan la vida a los demás!

Anónimo dijo...

Que grosso!
No sabía que Girondo le escribió al juez Zaffaroni!

Anónimo dijo...

Dale Negro, contame algo de Scioli, que es requete progre!
Aguante el Opus para todos y todas!
Y pensar que yo no creía en dios!

elEdu dijo...

Negro querido estas siendo visitado (y comentado) muy seguido por trols anonimos surgidos de la catacumbas del clarinete. Vas bien!! Segui asi, Abrazo Inquieto.-

Anónimo dijo...

Chicos, Clarín- hace apenas cuatro años- era parte del "Imperio del Bien".
Nestor y Magnetto pactaban las tapas.
Era vocero del INDEC.

Sino miren:

http://www.youtube.com/watch?v=mF3MmPrha14&feature=player_embedded#at=127


Qué raro que el Negro Figuretti no estuviera en el spot!

oscarfquinteros dijo...

¡¡Que lo pario..era un adelantado y eso que Girondo no conocia el termino troll, de cualquier forma al trollaje le encaja como un guante, y
si el trollaje se alborota, señal que los estamos empernando.
No le afueje negrazo.

Anónimo dijo...

Noto mucho comentario para abajo, mucho servicio trabajando de "anónimo dijo". Se están poniendo nerviosos.
Me permito disentir con Oliverio Girondo. No hay que compadecerlos.No son inocentes, saben lo que hacen.
En eso soy más Hegeliano: hay que contradecirlos, mostrarles sus propias contradicciones, superarlos e integrarlos, y si la dialéctica no funciona, cuanto menos, putearlos. La negación como acción, no es indiferencia ni indulgencia.

Anónimo dijo...

Ok, Magnetto me paga, claro, vivo bien, le compré la Ferrari a Schoklender, pero nadie comenta la tapa de Clarín en el spot de Cristina.
Esa "inclusión"- al decir fetiche del "modelo"- fué pensada y pactada en varias reuniones de funcionarios y publicistas con Magnetto y varios llamaditos de Nestor Carlos.
Era el eje del bien.
Que loco!