lo bueno siempre escapándose,
ahuyentándolo, dejándolo ir.
Parece que eso no fuera lo que importa.
Solo una extraña,
inculcada adicción al dolor,
que hace que lamentemos
tirar a la basura algunos días
de esta única, hermosa vida.
inculcada adicción al dolor,
que hace que lamentemos
tirar a la basura algunos días
de esta única, hermosa vida.
3 comentarios:
Y,si no nos quejamos,¿como vivimos?
Ya lo dijo Quino,la queja es el gran deporte nacional.
Salute
Y cuidá la Clarita.
Yo también escribí un puema…
“Canto entre los cantos de un masoquista”.
Rezo a San Dolor sin falta todas mis noches.
Para que nos haga sufrir como pan de cada día.
Pero se me llena el traste de preguntas.
Si pienso; ¿para qué sirve tanta alegría?
Prefiero quedarme a mirar TN en las siestas.
Que ser asaltado por mi anciana vecina.
Prefiero tomar pastillas para tranquilizarme.
Y creer que el fin del mundo se avecina.
Puedo amordazar a mis hijos si sonríen.
Puedo estirar mi tristeza y la melancolía.
Puedo reprimir brutalmente todas las bellezas.
Y sigo preguntando ¿Qué hago con la alegría?
Necesito del dolor para calmar mis angustias.
Necesito sufrir para ser cotidianamente feliz.
Necesito perderme lo hermoso de la vida,
Porque para mí lo hermoso siempre será sufrir.
Rezo a San Dolor todas mis tristes noches.
Deseo la guerra y el miedo todas las mañanas.
Y mientras todos creen en mis sufrimientos,
Planifico a hurtadillas como seguir de caravana.
elduendeoscar
Le mando un abrazo. Uno grande.
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