viernes, 6 de septiembre de 2013
Otra de las historias de mi vieja.
Resulta que sólo para hinchar las guindas en algunas reuniones en las que participaban, mi vieja y su hermano, mi querido tío Jose María (pianista, musicólogo, dedicado al estudio de la música de Heitor Villa-Lobos, compositor brasileño), ambos muy compinches, de esos que pocas veces conocí, habían inventando un personaje ficticio, al que llamaban “Tittella”.
En medio de esas charlas en las que se mencionaban enjambres de personajes notables de la cultura, mi vieja y Cucurucho (así lo llamábamos al tío José María) deslizaban el nombre de “Titella”, como si este hubiera sido un emblemático personaje del arte que fuera, el que a ellos se les hubiera cantado en ese momento. Así fue que tantas veces, algunos “expertos” terminaban conociendo y hablando de Tittella y de su historia, el personaje inventado por mi vieja y mi tío.
¡Par de hijos de puta, mi vieja y Cucurucho!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Jaja. Buenísimo.
Abrazo, Negro.
En mis mocedades supe plantar cierta fama de guapo-seductor-inteligente(¡que engrupido!).
De tanto en tanto había que bancar la postura ya que no faltaba macho con berretines de alpha y respaldar la postura consumía aspiraciones a un pretendido lugar en la escena social, pelear, levantar la mejor percanta o defender la idea con las mejores palabras.
Lo interesante, y aquí la coincidencia con lo posteado, es conocer mucha gente que decía ser mi amigo y yo no conocía.
No te imaginás la cara cuando les decía "yo soy El Billy y a vos no te conozco", inclusive he escuchado varias anécdotas que me tenían como protagonista que me enteré por boca de terceros "amigos" y yo en bolas con el asunto.
Pero bueno, selavit, entre traficantes de influencias, amirgantes y figuretongos queda este kilombo que tratamos de organizar para que no sea tan obsenamente desigual lo que somos.
Es imposible decir soy si no es dentro del nosotros.
Mandale saludos a Tittella.
Publicar un comentario