lunes, 9 de junio de 2014
En el colegio La Salle, en el que me crié, yo fuí un excelente alumno, pero no por alguna convicción de aprender algo , sino por el terror que producía que el haberse sacado una mala nota significaba que se estaba condenado al infierno eterno, conchisumá! Pero, como no hay mal que por bien no venga, agradezco haber podido estudiar tanto en mi niñez, y confirmar que eso haya sido el motivo de que sea ateo. Ahora sólo creo en la madre tierra, en la Pachamama.
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