Este es el caso de una musa desconocida, una que toma y da lo que puede con excesivo interés, por lo urgente de su vida. Ella vive en un pobre terreno condenado a próximas enormes edificaciones, rodeada de tierra y de un gastado pavimento de piedra machacada. Para vivir, ella cose. Es boliviana, pero su sangre tiene algo de antiguas damas andaluzas, y tal vez también haya en sus ancestros algún famoso, bravo caballero, un difunto antecesor que ella no puede conocer, pues no tiene acceso a su ascendencia.
Su memoria fue borrada por los dictadores del tiempo, por ser demasiado inconveniente. Ahora está aquí, cosiendo para vivir y jamás podrá acceder a sus antiguos apellidos castellanos, ni a poder reírse de las aventuras de algún pícaro tatarabuelo con muchachas de Sevilla. Para ella son recuerdos imposibles.
martes, 8 de marzo de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario