jueves, 29 de diciembre de 2011
MONSIEUR PAROLE - HF
Allá, en mi lejana juventud, fui secuestrado en un tren
que cubría el trayecto de Praga a Budapest,
en el que viajaba junto a Johann, mi aburrido,
gordo dueño y representante.
En aquellos años mi fama se debió
a que había alcanzado a dominar
el vocabulario básico de seis idiomas,
y era capaz de reconocer a más de cien personas,
pronunciando correctamente su nombre,
lugar de nacimiento, estado civil, profesión y comida favorita.
Se me llamaba Monsieur Parole y así pude recorrer toda Europa.
Y por lo que pude entender en aquel viaje inolvidable,
mis secuestradores eran agentes de los servicios secretos
del Imperio Austro Húngaro.
La gente más simpática y divertida que conocí en toda mi vida,
a los que nunca les dejaré de estar agradecido
por haberme librado de la tediosa compañía del gordo Johann
y haberme introducido en la época de oro de mi vida,
aquellos años que disfruté animando mil y una fiesta
en tanto elegante palacio de Budapest.
Años en los que hasta Sandor Petöfi
escribió acerca de mis habilidades idiomáticas
y yo ya había sido valuado en varios millones de florines.
Tiempo después mi felicidad acabó
junto con el Imperio Austro Húngaro,
en los días del advenimiento de la Unión Europea
y el comienzo del turismo desenfrenado.
A medida que envejecía y crecía mi tristeza,
fui perdiendo las habilidades idiomáticas,
y finalmente abandonado dentro de una costosa jaula
en un andén de la estación de ferrocarril de Somogy.
Allí fui recogido por una acomodada familia de turistas argentinos,
quienes admiraron semejante jaula
y al instante me llamaron Pedrito.
Ya soy muy viejo, y ahora sólo puedo imitar
algunas de las pocas palabras
que esta gente me repite insistentemente.
Pero nunca dejaré de recordar con todo mi amor
a aquellos simpáticos agentes secretos que me secuestraron
en el tren que unía Praga con Budapest.
Ahora, en mi nueva casa del country Carmel,
aquí, en la lejana Buenos Aires,
paso los últimos grises días de mi vida
dentro de una pequeña jaula de aluminio.
Y aunque estos creídos nuevos ricos
hacen lo imposible por evitarlo, no dejo de graznar a voz en cuello,
sin parar, una y otra vez algo que alguna vez me disparó el sodero,
y que les produce un profundo desagrado:
¡¡¡Viva Perón!!! ¡¡¡Viva Perón!!! ¡¡¡Viva Perón!!!
¡¡¡Viva Perón!!! ¡¡¡Viva Perón!!! ¡¡¡Viva Perón!!! ¡¡¡Viva Perón!!!
Hasta llegar a ser tan insoportable
que por fin sea echado de este horrible lugar.
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7 comentarios:
Que grande el loro!!
No te creo,un loro europeo repetiría la onomatopeya reinante en las uropas,y que sonaría mas o menos así:
¡¡Vaiavai Peiront!!Vaiavai Peiront!!
Salvo,que haya nacido en algún paíg centro americano,chicog,pué éntoo cajo como dice Rubén Blades",la vidaj te daj sorrpressaj,sorrpressaj te da la´idaj.AhiAiAi que sí!
Abrazo, Brown
Ey,esto es joda.
Buenísimo, hermoso relato HF. Qué amargo destino pero que estupenda venganza ¿Qué le repetirían al loro, los del country carmel?
¡¡¡Que lo parió a Peter!!
mencantó.
Me piace (porque no usé google) que el mercado común se hizo algo así como en los cincuenta y la unión europea en los noventa (La UE seguro)
Debe ser la sociedad de naciones la que que se armó un cacho después de la caída del imperio autro-hungaro. Pero no me de mucha pelota y pal caso no importa. Si ve que me pongo cargoso, una patada en los dientes.
Abrazo, Nigger. (Ya el vino me dejó en estado de hermano como te quiero, pero fresco, también lo diré) Viva Perón! hermano, Nigger.
Entrá al mundo de Horacio Fontova y dejá esas pastillas para la depresión. En un segundo te arranca la alegría desde el fondo. ¡Cómo se te quiere, Negro!
negrito, como me gustaria que fuera verdad que este sera nuestro año, pero de alguna manera lo será. ¿no es lo unico que tenemos, el tiempo por venir, mas esa masa critica de pasado que nos enerva, nos mantiene parados... ah, y el amor, siempre, el desengaño y las ilusiones.
Carajo, este sera nuestro año.
la sirena nilda.
Acabo (con perdón de la expresión) de escucharte por Continental, querido Negro, y tu aserto de que la matanza de gatos por la Santa Inquisición fue la causa de cientos de miles de muertes en Europa por la "peste negra" (transmitida por las ratas) me dejó... boquiabierto, digamos. Nunca se me había ocurrido. Una más para la Santa Iglesia Católica (¿terminará de pedir perdón alguna vez? ¿le alcanzará el tiempo?).
Guarda con el loro, Negro. No sea cosa que sepa algo de cómo la amasijaron a María Marta los nuevos ricos del Carmel y se le de por hablar...
¡Feliz año nuevo!
Y si: ¡viva Perón!
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