viernes, 29 de marzo de 2013
Una tarde
Una tarde me hice una rata más al colegio (el querido “Pelle”) y me fui al zoológico. En un momento del tranquilo recorrido me detuve frente a una jaula, no muy espaciosa, dentro de la que una hermosísima pantera negra no paraba de ir de un lado al otro, casi chocándose con una y otra pared. Frenética, iba de un lado a otro, ida y vuelta, ida y vuelta, ida y vuelta, sin parar. Fascinado, apoyado en la baranda, casi no noté la presencia de un hombre a mi izquierda, que insistentemente me miraba. No había nadie más, esa tarde el zoológico estaba casi vacío. Hasta que en un momento, acusando a la repetida mirada de ese hombre, giré la cabeza y también lo miré. Y ahí fue lo que me dijo, algo que jamás voy a olvidar. Me dijo: “¿Se adatará?”.
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1 comentario:
Clarísimo el mensaje. Sin "títulos" pero preocupado en lo que a la naturaleza se refiere.
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