Un día, hace tiempo, frené con el auto en un semáforo rojo, en Córdoba y Serrano. Y lo de costumbre, esperar a que se ponga verde.
De golpe a mi izquierda frenó un auto sonoramente. ¡¡¡Scriiieek!!!
Miré y era el flaco Spinetta. Me vió, zafó del volante, saltó hasta la ventanilla, y me gritó con su voz inolvidable: “ ¿¿¿Qué es todo esto, negro??? ¿¿¿Dónde mierda estamos, hermano???” Y cagándose de risa volvió al volante, aceleró y se perdió adelante entre los autos de la Avenida Córdoba.
Inmortal, el Enorme Flaco querido.
2 comentarios:
que encuentro... dos potencias se slaudan... que cosa que era el Flaco no? increíble... salu2...
Que linda anécdota Negro! Como la mía cuando caminando por una playa desierta de costa rica te encontré jugando a las bochas con los cocos de las palmeras!!
Abrazo grande y a seguir aguantando los trapos!
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