lunes, 25 de julio de 2011
REFLEXIONES DE UN PERRO - HF
Ya no aguanto más las ganas de hacer pis, pero no puedo,
no debo hacerlo aquí adentro.
Cuesta, pero lo soporto bastante bien, y en estos casos
me acuerdo de cuando todavía era muy pequeño
y no había aprendido a comportarme
como se me ha enseñado,
cuando tantas veces recibí golpes
no del todo agradables,
iguales a los que también tuve que soportar
antes de curarme aquella imparable manía
de correr, saltar desenfrenadamente,
de morder y masticar todo a mi paso:
ropa, muebles, tobillos de las visitas, lo que fuera.
Se que muchos otros viven en lugares lejanos,
cuentan que en paisajes en donde siempre se ve el cielo,
campiñas con muchísimos colores y sonidos,
con mas sensaciones que las que se pueden sentir por acá,
con terrenos mucho mas agradables de pisar,
y sin la necesidad de tener que esperar
a que a uno lo lleven a hacer lo suyo
siempre a la misma hora y en el mismo lugar, en una vereda.
No se como será eso, pero suena un poco mas placentero,
diría mucho mas considerado,
a pesar de que realmente no puedo quejarme de la vida que llevo,
porque mis necesidades son atendidas a las mil maravillas,
como para que nada me falte, ni el alimento,
ni calor en el invierno, ni el cariño que me profesan
los que comparten conmigo
este pequeño departamento en la ciudad,
a quienes yo considero mi familia.
Eso sí, ellos son muy diferentes en el aspecto,
no tienen prácticamente ninguna similitud conmigo,
y el mayor problema es el de la comprensión de los sonidos mutuos.
Yo sólo llego a descifrar algunos de los que emiten
y ellos sólo comprenden una muy pequeña parte
de todo lo que les quiero decir, pero en el fondo nos entendemos.
Es que no todo se percibe por los oídos,
también se puede sentir por otras vías,
aunque parecería que ellos
están un poco fuera de práctica al respecto.
Y como todos los santos días,
llegó el momento en que ya no puedo más,pero tengo que aguantar,
porque todavía no es la hora de llevarme a hacer lo mío a la vereda.
Otro remedio no me queda.
Ya estoy crecido y debo ser fiel a lo que se me ha indicado.
Aunque a veces me agarren tantas ganas de morderles la ropa,
cagarles encima de la cama, tirar la puerta abajo
y salir corriendo a buscar a una hermosa perra por el campo.
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2 comentarios:
Maravilloso. Gracias.
La ciudad no es para los perros y tampoco para los humanos!!
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