Investigando fuentes imposibles de revelar,
está confirmado que por algún oscuro motivo
en el Antiguo Testamento fue tergiversada
la historia de la serpiente expulsada del paraíso.
En realidad no se trataba de una serpiente
sino de una hermosa lombriz, colorida y fiel compañera,
que compartía charcos con las ranas
y se enroscaba noches enteras
en las ramas junto a sus hermanas.
Eran los primeros tiempos,
cuando todo se veía verde y animal,
hasta que tal vez cebado por tanta belleza,
el señor Dios sobreestimando a su próximo invento,
creó a los hombres.
Es así que una tarde la lombriz saludó a Eva desde una manzana
sobre la que había dormido una tranquila siesta.
Y la distraída primer mujer,
hambrienta y sin ninguna pena,
tragó fruta y lombriz, como si nada.
Desde entonces y para el resto de su historia,
la lombriz nunca más vio a nadie,
condenada para siempre a la oscuridad.
Y si es que logra salir de ese encierro,
sólo lo podrá hacer de a pedazos.
Para ella la luz se acabó,
nunca más pasear entre hormigas
ni nadar entre renacuajos.
Atrapada bajo algún ombligo
ahora sólo va a poder comer restos de comida.
Su nombre se perdió en el tiempo,
ahora es gris, no más roja brillante,
y si es que alguna vez se la nombra,
se la llama Tenia Saginata.
Así fue que misteriosamente,
la lombriz fue usada como símbolo del pecado
por algunos que o no sabían nada
de su antiguo y hermoso pasado,
o que conociéndolo perfectamente,
no les resultaba apropiada esa pequeña y hermosa imagen
para adornar e impulsar a la Gran Gesta de la Historia.
Pobre lombriz solitaria, reina de los excluidos,
Que mala suerte, que mala fama.
2 comentarios:
A mi de chico me decían debe tener la solitaria, como morfa este Pibe!
Y yo me lo creía y trataba de probar que podía, si quería, no comer, que no tenía la tenia saginata. Uf!
Hasta me mostraban fotos de la enciclopedia, los muy malditos.
Hermosa historia! Gracias por recuperarla!
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