Supongamos
que la huella que dejan los borrachos al andar
podría
estimular a una horrible bestia a cambiar de estado,
a
dejar su tenebrosa forma original
para
transformarse en un hermoso ser fabuloso
mitad
ciervo y mitad mujer, sensible a las emociones ajenas,
dotado
del don de devolver la salud a los demás.
Que
tal vez haya una horripilante bestia que viene soñando
desde
hace miles de años con poder adoptar
su
soñada forma favorita,
la
sanadora mitad ciervo y mitad mujer .
Y
que finalmente lo único que haría esto posible
es
el poder de la huella que dejan los borrachos al andar.
(Terminado
de suponer esto sugiero salir a tomar unos vinos,
para
reforzar el rastro)
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