Mirándola bien, la elegante señora
es dueña de una extraña belleza,
parecida a la de los insectos de cuatro alas, como la avispa.
Aunque para todos es muy desagradable,
con esa masculina melenita gris
y ese cutis extremadamente pálido.
Adinerada y eléctrica es la dueña de la empresa,
completamente sola al finalizar su día de trabajo,
deseando en el silencio de su interminable casa
tener una pelea a los gritos con alguien,
aunque mas no sea una pequeña desavenencia con algún otro.
Su gran apellido es de la variedad de los esclavistas
Adinerada y eléctrica es la dueña de la empresa,
completamente sola al finalizar su día de trabajo,
deseando en el silencio de su interminable casa
tener una pelea a los gritos con alguien,
aunque mas no sea una pequeña desavenencia con algún otro.
Su gran apellido es de la variedad de los esclavistas
que se cultivan desde hace siglos,
y a la hora de presentarse ella lo pronuncia
y a la hora de presentarse ella lo pronuncia
arrastrando exageradamente las últimas vocales.
Algunas veces disfruta de pequeñas alegrías,
recorriendo con su mirada los blasones familiares
Algunas veces disfruta de pequeñas alegrías,
recorriendo con su mirada los blasones familiares
impresos en estandartes, cofres, manteles y cazuelas de bronce.
Su vida es solo encargarse de administrar su empresa,
y realmente lo hace con devoción.
Su mayor premisa es que si falta algo, eso es lo necesario
para poder sentir el placer orgásmico de conseguirlo.
Y aunque al gesticular y proferir interjecciones
Su vida es solo encargarse de administrar su empresa,
y realmente lo hace con devoción.
Su mayor premisa es que si falta algo, eso es lo necesario
para poder sentir el placer orgásmico de conseguirlo.
Y aunque al gesticular y proferir interjecciones
ella se sienta la más enérgica de las Greta Garbo,
es imposible no dejar de verla
es imposible no dejar de verla
como a una
histérica y vieja Bette Davis.
Al caminar siempre trata de remedar
lo mejores pasos de danza clásica que aprendió cuando niña,
pero todos la ven deambular como a una nerviosa langosta.
Y cuando protesta chillando sobremanera,
pidiendo frenéticamente lo que sea,
Al caminar siempre trata de remedar
lo mejores pasos de danza clásica que aprendió cuando niña,
pero todos la ven deambular como a una nerviosa langosta.
Y cuando protesta chillando sobremanera,
pidiendo frenéticamente lo que sea,
no se priva hasta de vociferar groseras consignas populares.
En su solitaria oficina es afecta al té de las cinco de la tarde,
y a la hora del sueño sopla las velas
En su solitaria oficina es afecta al té de las cinco de la tarde,
y a la hora del sueño sopla las velas
del candelabro de su mesa de luz.
Y cuando siente que su camino
se está poniendo algo falso o desviado,
sale durante la noche
a recostarse elegantemente vestida
y durante largos ratos
sobre las vías por donde circulan los trenes.
Y cuando siente que su camino
se está poniendo algo falso o desviado,
sale durante la noche
a recostarse elegantemente vestida
y durante largos ratos
sobre las vías por donde circulan los trenes.
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