La calumnia es un vientito,
una brisa muy gentil,
que imperceptible, sutil,
ligeramente, suavemente,
comienza a susurrar.
Debajo, al ras de tierra,
en voz baja, sibilante,
va corriendo, va zumbando,
en las orejas de la gente
se introduce hábilmente
en las
cabezas y a los cerebros
hace aturdir, hace hinchar.
Una vez fuera de la boca
el alboroto va creciendo,
toma fuerza poco a poco
vuela de un lugar a otro,
parece un trueno, una tempestad
que en medio del bosque
va silbando, atronando,
y te hace helar de horror.
Al final se desborda y estalla,
se propaga, se redobla
y produce una explosión,
como un disparo de cañón.
Un terremoto, un temporal,
un tumulto general
que hace agitar el aire.
Y el infeliz calumniado,
ya envilecido, aplastado,
bajo el azote público,
podrá considerarse afortunado
si es que muere.
Y para quien quiera saberlo, aquí va el link de la base de datos de todas las óperas representadas en el Teatro Colón desde el año 1908:
4 comentarios:
Joyita! Agradecido, por esto y por todo lo anterior...
Que haces horacio? es correcto lo que dice la opera, es llamativo como todo se entrelaza con todo, fijate que la dufamacion o la calumnia es un recurso de los medios de comunicacion, el tener la capacidad de instalar en la opinión publica cualquier cosa, es utilizada, basándose en su posición de intachables dueños de la verdad, sobre esto se escribió mucho, son ejemplos del caso, Stuart Hall, Patrick champagne, y también se puede checkear la definición de hegemonía de Gramci.
Te mando un saludo, y VIVA PERON!!!
Qué días estos, nigger, que días.
Lo reparióoo
Abrazo.
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